domingo, 13 de noviembre de 2011

Mi cuento "Flores en la azotea"

Aquel 31 de diciembre, cuando recibí aquella llamada que cambiaria mi vida en un instante, completamente.
Apenas había pasado navidad cundo Leonel, mi esposo con el que apenas llevaba dos años de casada, me preparo una cena deliciosa. A él le encantaba diciembre y cada día buscaba sorprenderme con un platillo nuevo. Terminando la cena fuimos a prepararnos para dormir. Mientras me lavaba los dientes el me sonreía y me hacia sentir tan enamorada como cuando nos conocimos. Ambos nos recostamos en la cama mientras veíamos la televisión, siempre me abrazaba. De pronto apago la televisión y canto a mi oído la canción que bailamos cuando nos casamos, aquella canción de U2 "Stay Faraway So Close". Yo le respondí como agradecimiento con un tierno beso.
A la mañana siguiente mientras desayunábamos me pregunto -¿Cómo te gustaría que se llamaran nuestros hijos?- yo le respondí - Me gustaría que se llamara Leonel, como el amor de mi vida- él sonrió y me dijo -¿Y si fuera niña?- y le dije -quizá Felicia, como mi abuela-. En silencio terminamos de desayunar y se despidió de mi con un abrazo y diciéndome -recuerda que es 31, vengo por ti en la noche para ir con mis padres a pasar el año vieja y recibir el año nuevo-, le conteste que estaba bien, que nos veíamos a las ocho, como siempre el tenia que ir a entregar unos papeles pues su trabajo no le permitía tener vacaciones.
Eran las siete treinta, me acomodaba un vestido rojo que apenas había adquirido en una rebaja navideña, me pinte los labios y de pronto escuche ladridos extraños de Bella y Camilla, mis cachorritas, De pronto un miedo invadió mi ser, conteste, eran del hospital, avisaron que Leonel estaba muerto, había sufrido un accidente automovilístico.
... Solté el teléfono, llore, estaba devastada, -¿por qué Dios?- decía, ¿por qué me quitaste a quien tanto amaba?-. Creo que no lo podía creer, -¿y  por qué precisamente hoy?-.
Cuando estaba frente al ataúd pensaba que era un sueño, Leonel parecía dormido. Yo lo amaba y ahora ¿que haría con este amor?
En febrero recibí la noticia de que iba a ser madre, me hizo muy feliz saberlo, pues un pedacito de Leonel estaría conmigo. Me sentí la mujer más feliz del mundo.
Ya tenía cinco meses, mi embarazo ya era notorio. Estaba sentada como todas las noches en el sillón más cómodo de mi departamento, cuando recibí un mensaje de un extraño celular con diez dígitos con puros números cero, al leerlo cerré los ojos, no sabía si sentir temor o confianza. Leí el mensaje y decía -Amor tengo un regalo para ti, esta en la azotea-. Apague la televisión, trate de conciliar el sueño, pero  seguía pensando en aquel mensaje. Me puse un abrigo, y subí a la azotea. El sereno era demasiado frio, voltee para todos lados hasta que halle un ramo de rosas con una tarjeta que decía "Se que tendrás un hijo mío, ya no quiero que llores. Hasta el último momento de mi vida pensé en ti, Stay Faraway So Close (Quédate Tan Lejos, Tan Cerca" Esa era la canción de nuestra boda. Tome las rosas y las conté, eran veinticuatro, pues un veinticuatro de octubre, nos casamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario